Ausencia de “sonrisa social” o palabras inventadas: ¿Cómo identificar signos de algún Trastorno del Espectro Autista en nuestros hijos?
Detectar las posibles señales de alerta es clave para saber cuándo consultar con un especialista y tener un diagnóstico precoz, que permita brindar tratamiento a niñas y niños con esta condición.
A principios de marzo, el presidente Gabriel Boric promulgó la nueva “Ley TEA”, que promueve la inclusión, atención integral y protección de los derechos de niños, niñas, adolescentes y adultos con Trastorno del Espectro Autista (TEA), eliminando cualquier forma de discriminación.
Aunque hay estudios que indican que uno de cada 54 niños que nacen en Chile forman parte de esta condición, ¿cuánto sabemos sobre del TEA? La Dra. Estefanía Campusano, médica del CESFAM “Dr. José Eduardo Ahués”, de Maipú, entrega algunos consejos para poder identificar señales durante el crecimiento de las niñas y niños, y así, acudir con un especialista a tiempo.
El TEA es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la conducta, la comunicación y también se caracteriza por conductas repetitivas y estereotipadas. Sobre sus causas, la Dra. Campusano explica que “en la gran mayoría de los casos todavía no está definido. Aunque se han identificado causas genéticas, asociado a heredabilidad entre hermanos. Es decir, si uno tuvo un primer hijo TEA, la probabilidad de que tener un segundo hijo con ese diagnóstico es de un 10 a un 15%”.
Respecto a aquellas conductas en niñas y niños, que pueden alertar sobre una posible alteración en su neurodesarrollo, y hacer necesaria la consulta con un especialista, la profesional destaca:
Entre los 6 y los 12 meses:
- Que no tenga sonrisa social: a esa edad los niños sonríen por imitación y la ausencia de esa sonrisa a los 6 meses es un signo de alarma de un trastorno del desarrollo;
- Que no tenga contacto visual con su figura de apego principal (madre, padre, cuidador);
- Que a los 12 meses el niño no responda a su nombre;
- Que no genere interés en común ni se comunique con su figura de apego para lograr ese interés conjunto (un objeto o actividad en que busque participar con su figura de apego)
Entre los 12 y los 36 meses:
- Retraso en el lenguaje;
- Peculiaridades en el lenguaje (niños que inventan palabras);
- También se identifica el juego peculiar, que significa que se enfoca en una parte del juguete (por ejemplo, no se interesa en el camión, sólo en sus ruedas);
- Estando en sala cuna o jardín, no le interesa relacionarse con sus pares (necesidad social);
- Que no pase de un juego a otro, sino se concentra mucho rato en el mismo juguete.
Ante un posible caso de TEA el diagnóstico precoz es clave, porque entre más pequeños, el cerebro es más maleable, más fácil de reeducar y aprender formas de relacionarse. “A medida que van creciendo, las exigencias van siendo mayores, desde el lenguaje y desde lo social, y se pueden detectar irregularidades de su desarrollo más fácilmente”, señala la Dra. Campusano.
Sobre el acceso actual en salud para una detección temprana, todos los centros de atención primaria del país realizan control de niño sano, desde el nacimiento hasta los 3 años, que incluye evaluaciones periódicas por profesionales. Este es fundamental, ya que permite dar seguimiento al neurodesarrollo del menor y ante cualquier alerta, se activa la red de derivación a un especialista.