Este 05 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde el año 1974. El objetivo es sensibilizar a la población, llamando la atención para convertirnos en agentes activos del desarrollo sustentable.​

El tema es crítico en la actualidad, cuando los efectos combinados del cambio climático y el uso no sustentable de los recursos exacerban la incidencia de enfermedades. Estos problemas de salud ambiental plantean exigencias cada vez mayores a sistemas de salud con recursos limitados.

Paradójicamente, el propio sector salud contribuye a agravar estos problemas ambientales, al tiempo que intenta afrontar sus consecuencias. Esto, a causa de los productos y tecnologías que utiliza, los recursos que consume y los residuos que genera, convirtiéndose en una fuente significativa de contaminación y, contribuyendo sin querer a agravar estas amenazas.

Es por ello que, desde el año 2009, el Ministerio de salud realiza una importante alianza estrategica con ONG internacional “Salud Sin Daño”, con quienes se implementó un Compromiso de Gestión para erradicar los aparatos con uso de mercurio de nuestros establecimientos.

El 2013 se firmó el ingreso de todos nuestros establecimientos como miembros de dicha ONG y de la Agenda Global de Hospitales Verdes y Saludables, diez objetivos ambientales que van desde Liderazgo Ambiental, pasando por Gestión de Residuos y Uso de Energía, hasta el Diseño de Establecimientos, entre otros.

Los “hitos verdes” del SSMC

El Servicio de Salud Metropolitano Central, SSMC, ha sido un participante activo de estas iniciativas.

Una de las más recientes fue la inauguración a fines de mayo del primer Punto de Reciclaje (“Punto Verde”) de nuestra red asistencial, gracias a una gestión del CESFAM Maipú y la I. municipalidad de Maipú, que busca dejar a nuestro centro de salud como un punto estratégico para el reciclaje.

Una de las tareas de mayor demanda por parte de los funcionarios ha sido el manejo interno de residuos, que implicó regularizar varias salas de almacenamiento, como la del Hospital San Borja, del CESFAM Sofía Pincheira, CECOSF Buzeta y la construcción de la nueva sala de almacenamiento en la ampliación del Hospital de Urgencia Asistencia Pública. Además, desde 2018, nuestros establecimientos se han acercado al cálculo de la huella de carbono, que sirve para cuantificar y generar un indicador del impacto que una actividad o proceso tiene sobre el cambio climático, más allá de los grandes emisores.

El Hospital San Borja presentó su cálculo en el programa “Menos Huella Más Salud”, de la ONG “Salud Sin Daño”, siendo premiado en la categoría ‘Reconocimiento al Compromiso en el Monitoreo de la Huella Ambiental en Residuos y Energía’, y mención especial en ‘Uso de Energía Renovable’.

Esto se vincula con otra iniciativa, la implementación de paneles fotovoltaicos o paneles solares. El Hospital San Borja cuenta con esta tecnología desde el año 2017, gracias al Programa ‘Techos Públicos’ del Ministerio de Energía, que instaló una superficie de 6.590 m2 de campo fotovoltaico, con el obejtivo de ahorrar energía y bajar las emisiones de CO2. Por su parte, el Hospital El Carmen de Maipú fue provisto desde su diseño con este tipo de paneles, emplazados sobre el 5to piso y con ellos alimenta parte de sus calderas, entregando agua caliente y calefacción a lo funcionarios.

Otro hito ha sido la construcción de nuevas calderas para el Hospital San Borja, con funcionamiento a gas natural, lo que se traduce en energía a un menor costo, menos contaminación y ahorro en mantenimiento. Su construcción y puesta en marcha estuvo acompañada de capacitación para el personal, además de capacitaciones abiertas a todos los funcionarios sobre uso eficiente de energía.

Para la implementación de estas tareas, el SSMC cuenta con una red de profesionales del área ambiental en nuestros establecimientos que se coordinan constantemente con la Unidad de Salud del Trabajador de la Dirección, además nos hacemos parte de la solución al problema actual, ya sea mejorando nuestros procesos, consumiendo menos energía y generando menos contaminantes. Hemos querido evolucionar en el juramento hipocrático que establece que “lo primero es no hacer daño” de manera de incorporar una perspectiva más global de la salud y la sustentabilidad.