Ante la pandemia de COVID-19 que enfrentamos, es indispensable tener en cuenta y ocuparse del bienestar psíquico, tanto de los pacientes como de los trabajadores de la salud.  Es por ello, que el equipo de Salud Mental de la Dirección del Servicio de Salud Metropolitano Central (SSMC) apoya psicológicamente al personal que colabora en la Residencia Sanitaria del SSMC.

Este tipo de acciones se suman a las que vienen realizando los hospitales y a las impulsadas desde el MINSAL, como la atención psicológica por videoconferencia para los funcionarios que trabajan en la emergencia sanitaria.

A través de terapias, la Unidad de Salud Mental trabaja con los funcionarios de los distintos turnos que se desempeñan en la residencia, para reforzar las herramientas psicológicas y así optimizar la relación con los pacientes, poniendo énfasis en la empatía y contención. Estas acciones, también ayudan a manejar con los equipos de trabajo, tanto el estrés como la presión propia del escenario de emergencia sanitaria que estamos viviendo.

El acompañamiento psicológico en la residencia sanitaria del SSMC se ha vuelto indispensable para enfrentar el impacto de esta pandemia en los equipos sanitarios, “hay miedo, hay un gran compromiso, y nivel de estrés porque es una situación nueva”, comentó Blanca Hermosilla, Jefa de Coordinación Red SSMC.

Agotamiento y ansiedad son algunos de los sentimientos que pueden interferir en el estado anímico del personal de salud. Para ello, se trabaja con terapias psicológicas que los sacan de la rutina diaria. “Esa misma sensación de impotencia y frustración por no poder salvar una vida, afecta mucho en el rendimiento y en la salud emocional” manifestó Jorge Castro, psicólogo de la Unidad de Salud del Trabajador del Hospital Clínico San Borja Arriarán (HCSBA), establecimiento que también implementó este tipo de actividades con sus funcionarios.

Las reuniones e intervenciones telefónicas efectuadas por la Unidad de Salud Mental del SSMC, son fundamentales a la hora de actuar como soporte, controlar y manejar la incertidumbre emocional y el estado anímico, tanto de los profesionales de la salud como de los pacientes residentes, para así sobrellevar de la mejor forma posible este escenario nuevo para todos.